2.
Yo también fui histérica alguna vez y me costo mucho aprender a no serlo.
Fui histérica con el, aquel hombre que me rompió el corazón en pedazos después de muchos años de relación. Pero también era una histeria mutua, inclusive siendo pareja.
Cuando nos separamos fue más ardua. Yo lo buscaba, como si fuera mi presa, el se acercaba pero luego me evitaba. Después el juego del gato y el ratón fue al revés, el me buscaba yo me acercaba y luego lo evitaba.
Pero el juego me canso, después de dejar lagrimas en la almohada, escritos en algunas hojas y un intento de terapia.
Una noche su histeria me condeno.
El me había dejado hacia unos meses, yo lo estaba en el proceso de aceptarlo.
Caminaba a las 4 de la mañana por mi barrio, venia de una fiesta, no encontraba taxi por eso había decidió caminar.
El no vive cerca de casa.
Pero también tenía un cumpleaños.
Lo festejo a la vuelta de casa.
Nos cruzamos un segundo, yo no lo salude, no solo porque no me correspondía, si no por mi estado, porque el estaba con sus amigos y principalmente por mi orgullo, el ya me había despreciado bastante.
Camine media cuadra y mi celular sonó. Eran mis amigos para ver si estaba bien.
En ese fragmento de segundo un auto doblo por la esquina. Era el con sus amigos.
Frenaron de golpe, me gritaron en medio de la oscuridad. Mi celular cayó al piso. Empecé a sentir palpitaciones, empecé a sentir el primer ataque de pánico de mi vida.
Media hora y a casa en ambulancia.
No le gusto que no lo saludara.
Etiquetas: Histerico mayor
Alice, yo te leía de antes... acá vuelvo a encontrarte.
Prometo volver.
Es bueno que te canses de los histéricos, solo así, dándose cuenta una, puede empezar a aspirar a "otros" más mejores y menos piores.
Beso